
Los días de Diciembre en el pueblo diminuto en el que nunca pasa nada nos inspiran una gran sensación de paz, de sosiego, de armonía… Pocas veces al año no sentimos tan relajados y tan plenos de vida espiritual. En el jardín huele al humo de la chimenea y la niebla va arropando la noche que va cayendo difuminado la luz macilenta de las farolas. El césped se llena de humedad y el musgo brilla… Continuar leyendo «El Maldito Calendario»


