Vicente Galán Ortega,“Chiqui”,2.023 Collado de La Vera, 2.003
A finales del pasado mes de Junio nos dejó de forma inesperada Vicente Galán Ortega. A nuestro amigo Vicente, conocido como “Chiqui” se le escapó la vida demasiado joven, con 57 años, durante una intervención para reparar las maltrechas coronarias de su gran corazón. El impacto de su pérdida ha sido tan grande que hemos tenido que esperar varias semanas para dedicarle estas palabras. Chiqui Galán, desde su estudio en Torremenga de la Vera, era uno de los mejores constructores de casas de estilo rural de Extremadura.
Su impronta ha quedado por toda la región y también en otras zonas como Madrid y ambas Castillas. En cualquier proyecto Chiqui fijaba en su cabeza el plano que le presentaba el arquitecto y lo iba modificando a su antojo para adaptarlo a su estilo personal inconfundible.
Tenía una visión espacial de las obras y me consta que no precisaba de croquis, ni de maquetas digitales. Todo lo llevaba anotado a mano en su cuaderno grande de anillas, que he tenido el honor de conocer. Chiqui era sobre todo un perfeccionista y tenía soluciones para todo. Sus diseños, sus ideas originales de adaptación del terreno, sus detalles de jardines, porches, acerados, sus caminos, sus fuentes, sus albercas, sus paredes, sus tejados y chimeneas eran inimitables e inigualables. Exagerando un poco, algo que ocurre cuando uno escribe un obituario, Chiqui era como un Leonardo da Vinci denuestro tiempo. Pero además era una persona muy sencilla, afable de trato, que te escuchaba y te atendía con gran paciencia siendo consciente del nerviosismo que implica cualquier proyecto de construcción en una familia. Hay muchas anécdotas de Chiqui. Una era que en plena obra siempre te tranquilizaba con su frase más célebre: “Tú no te preocupes”. Otra era que a veces aparecían terrazas y ventanas que ni el arquitecto ni los dueños conocían pero que luego eran muy bienvenidas. Era todo un genio y un lujo como persona y como profesional.
Cuando hace 20 años decidimos reformar nuestro chalet en Collado de la Vera nos perdimos por los pueblos cercanos buscando modelos y nos enamoramos de unas casas de estilo rústico con tejado a dos aguas, voladizos, porches de columnas de madera y siempre con materiales naturales, mortero, ladrillo, piedra seca, granito, madera, barro. Eran casas rústicas pero con algo especial de modernidad. Esas casasnos impactaron por su armonía y por su equilibrio. Eran casas muy atractivas, integradas en el paisaje de robles, castaños, encinas y olivares como si llevaran decenas de años construidas. Preguntamos quién las hacía y nos dijeron que eran de “Los Galanes”, unos hermanos constructores de Torremenga de la Vera, al frente de los cuales estaba Chiqui Galán, también llamado “El Chico” por sus hermanos, por ser el menor de todos. Una de las casas que más nos gustó fue La Casona de Valfrío, quizás entre las mejores casas rurales del norte de Cáceres, ubicada cerca del puente del mismo nombre en el término de Cuacos de Yuste. También nos gustaban mucho sus casas familiares de Torremenga y varias casas de campo que vimos en el paraje Lanchacabrera en la carretera de Pasarón, ocultas entre robles pero con vistas a la Sierra de Gredos. No lo dudamos, ese el modelo que queríamos para nuestra casa. En unos pocos meses, tuvimos nuestra reforma con el “estilo Galán”, una transformación absoluta que seguimos disfrutando y que admiran todos los que nos visitan. Como complemento a este texto nos atrevemos a publicar una imagen de nuestra casa en Collado de la Vera hace años junto a una foto reciente de Chiqui. De nuevo me atrevo a exagerar algo sobre sus obras: Del mismo modo que uno distingue el estilo del artista en los cuadros de pintura, creo que la casas de “estilo Galán” son fáciles de disti nguirpor ser inconfundibles…Como ejemplo tenemos muy cerca de nuestro chalet en Collado de la Vera el hotel rural que dirige José Vicente Serradilla “El Alcor del Roble”, todo un conjunto armónico de arquitectura de estilo verato.
Chiqui fue solicitado con cariño para construir otras muchas casas de campo a cuyos dueños no les importará que les mencione por aprecio a Chiqui. Todas en nuestra comarca de La Vera: la de Fernando y Ramón Ors, la de Ana Rosa Quintana, la de Javier Monzón, la de Rafael Alvarez “el Brujo”, la de Miguel Ruiz Gallardón, y muchas más de personas conocidas y no conocidas… Estoy seguro que todos están enamorados de sus casas en el campo.
Chiqui, con ayuda de sus hermanos, también grandes constructores, Jesús, Lorenzo y Josí María y su cuadrilla de excelentes albañiles nos han dejado un gran legado, una impronta de excelentes viviendas, que han contribuido a que la Vera tenga tanta personalidad como la Toscana italiana o el Ampurdán catalán. Creemos que este gran legado se merece un homenaje por parte de su pueblo, por parte de la Mancomunidad de La Vera, y por parte de Extremadura. Pero sobre todo un homenaje por parte de los que hemos tenido la suerte de vivir y disfrutar de sus casas. Esta es la razón de nuestra propuesta de editar un libro con fotografías de una parte relevante de sus obras y si es posible recoger el testimonio escrito de los que las habitan y que trataron y apreciaron a Chiqui en lo personal y en lo profesional. Querido Chiqui, no te vamos al olvidar nunca por que los genios nunca mueren.
Muchas Gracias por tu trabajo, por tu amistad y por tu bondad. Esa tierra que tú has moldeado con arte te habrá acogido con mucho cariño.
Estoy seguro de que San Pedro te va a encargar un gran proyecto cunado te conozca yque si se impacienta, tú le dirás amablemente: “Tú no te preocupes”.
DEP
Adrián Alegre Amor, 12 de Agosto 2.023. Collado de la Vera ( Cáceres)
Mas vale tarde que nunca, pero acabo de leer la semblanza que le has dedicado a «Chico» y tengo que reconocer que me ha dado una alegría inmensa el ver que, pasado un año, las gentes de bien siguen existiendo, si en un futuro sigues pensando en la edición de un libro a la memoria de Vicente, no dudes en contactar conmigo, te puedo aportar fotos y alguna anecdota más sobre sus obras y sobre su persona, enormemente apreciada y querida por mi parte. Referente a sus frases preferidas te acompaño la que también era de su predilección y que le acompañó hasta el final de sus días, «no hay miedo».
Saludos atentos
Ramón Ors